Con el objetivo de evitar las consecuencias indeseables del sedentarismo, cada vez son más los hombres y mujeres que practican algún tipo de actividad física, desde las simples caminatas hasta las más variadas competencias deportivas.
Esta creciente y saludable tendencia tiene sin duda beneficios que redundan en el cuerpo y en la mente de la población en general, y que alcanzan a todas las edades.
Sin embargo, es necesario tomar ciertas precauciones, ya que nadie está exento de sufrir lesiones durante la práctica deportiva. Este riesgo se hace más evidente en quienes realizan determinados deportes de forma intensa –amateurs o profesionales–, dado que en esos casos el nivel de exigencia es mucho mayor. Es así que las lesiones deportivas han adquirido una entidad lo suficientemente importante como para que la ciencia médica haya acentuado su interés en la prevención y el tratamiento de diversas y frecuentes dolencias –por lo general, del sistema osteomuscular– producidas por ciertos esfuerzos reiterados en la mayoría de los innumerables deportes llamados olímpicos.
La primera olimpíada de los tiempos modernos se realizó en 1896 en Atenas, Grecia. Desde entonces, el aumento de las exigencias físicas y el deseo de superar “records” han extremado los riesgos, hasta llegar a ser éstos casi habituales.
Ese es el objetivo de esta edición: explicar el aspecto médico de los diferentes deportes que en la actualidad practican atletas o jugadores, y las posibles lesiones que puedan provocarles según las características diferentes de cada competición.
Esta creciente y saludable tendencia tiene sin duda beneficios que redundan en el cuerpo y en la mente de la población en general, y que alcanzan a todas las edades.
Sin embargo, es necesario tomar ciertas precauciones, ya que nadie está exento de sufrir lesiones durante la práctica deportiva. Este riesgo se hace más evidente en quienes realizan determinados deportes de forma intensa –amateurs o profesionales–, dado que en esos casos el nivel de exigencia es mucho mayor. Es así que las lesiones deportivas han adquirido una entidad lo suficientemente importante como para que la ciencia médica haya acentuado su interés en la prevención y el tratamiento de diversas y frecuentes dolencias –por lo general, del sistema osteomuscular– producidas por ciertos esfuerzos reiterados en la mayoría de los innumerables deportes llamados olímpicos.
La primera olimpíada de los tiempos modernos se realizó en 1896 en Atenas, Grecia. Desde entonces, el aumento de las exigencias físicas y el deseo de superar “records” han extremado los riesgos, hasta llegar a ser éstos casi habituales.
Ese es el objetivo de esta edición: explicar el aspecto médico de los diferentes deportes que en la actualidad practican atletas o jugadores, y las posibles lesiones que puedan provocarles según las características diferentes de cada competición.