El ábrego, ese viento del sur seco y cálido, trae a las aldeas de Asturias la magia de preciosos días de sol y noches cuajadas de estrellas, cambiando el mundo de los aldeanos, el mundo de José.
Ese cambio se traduce en el libro en una nueva perspectiva y permite descubrir no pocas cosas que de otra forma pasarían desapercibidas.
En este libro hay un mundo – ya prácticamente desaparecido- lleno de seres singulares que sin embargo nunca estarán en los libros de Historia, aunque merecerían estarlo. Su valor es el de superar los retos del día a día con un auténtico compromiso ético hacia los demás y hacia sí mismos. Entre ellos destaca el protagonista, hombre valeroso, tierno, amante de su tierra y de los suyos, bueno en el más amplio sentido de la palabra. El otro protagonista es el paisaje. Ambos perfectamente ensamblados. La prosa poética de buena parte del texto hace posible la intuición de ambos si el lector es capaz de dejarse llevar por la palabra. Nada en el libro necesita ser verosímil: todo en él es simplemente verdad y así se siente.
Ese cambio se traduce en el libro en una nueva perspectiva y permite descubrir no pocas cosas que de otra forma pasarían desapercibidas.
En este libro hay un mundo – ya prácticamente desaparecido- lleno de seres singulares que sin embargo nunca estarán en los libros de Historia, aunque merecerían estarlo. Su valor es el de superar los retos del día a día con un auténtico compromiso ético hacia los demás y hacia sí mismos. Entre ellos destaca el protagonista, hombre valeroso, tierno, amante de su tierra y de los suyos, bueno en el más amplio sentido de la palabra. El otro protagonista es el paisaje. Ambos perfectamente ensamblados. La prosa poética de buena parte del texto hace posible la intuición de ambos si el lector es capaz de dejarse llevar por la palabra. Nada en el libro necesita ser verosímil: todo en él es simplemente verdad y así se siente.