Mientras que Ming juega afuera durante un día de verano, el olor a una comida deliciosa llena el aire. ¿Viene de la casa del ávaro de Fu Wang? "¿Qué se trae entre manos?", se pregunta Ming. Para su asombro, Fu Wang exige a todos los vecinos que le paguen por los olores tan placenteros. Cuando los vecinos se rehusan, el caso se va a la corte. ¿Cómo va a deliberar el juez en este caso tan inusual? ¿Puede Fu Wang hacer dinero con el sentido del olfato de los vecinos? Un juez inteligente hace uso de otro sentido común para cerrar el caso con una lógica muy acertada y convincente.
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