En 1981, Sebastián Edwards llegó a la Universidad de Chicago a estudiar
economía en el reducto de Milton Friedman y de los defensores del
neoliberalismo. Sin embargo, nunca fue un Chicago boy. No trabajó para
el gobierno de Pinochet ni recibió becas de este. Edwards fue Allendista
y a los 19 años trabajó en la tristemente célebre Dirinco, del Ministerio
de Economía, institución que fijaba los precios durante la Unidad Popular.
Junto a cientos de estudiantes fue expulsado de la universidad en
septiembre de 1973 y, tras padecer innumerables trámites, logró matricularse
en la Universidad Católica, donde se recibió como el mejor alumno
de su promoción. Intentó seguir una carrera en Chile, primero como
académico y luego en el grupo BHC, pero los defensores de la dictadura
lo siguieron persiguiendo. Radicado en EE.UU. hace más de cuatro décadas,
hoy ejerce la cátedra Henry Ford II de Economía Internacional
en la UCLA.
Con una prosa directa y elegante, Edwards evoca la difícil relación con
su padre, el paso por un colegio de niñas, las clases de marxismo de Marta
Harnecker y su vida como activista político. Asimismo, habla sin tapujos
de su difícil interacción con Miguel Kast y José Piñera, y desentraña el
conflicto que le generó llegar a Chicago, el altar del capitalismo.
En este libro descubrimos cómo se formó uno de los economistas más
respetados de América Latina, un ser atípico y fascinante, independiente
y controvertido, un hombre que contribuye a estimular el debate público
tanto con sus críticas como con las causas que defiende. Y como todo
gran libro de memorias, en Conversación interrumpida también hay un país y
una época, tensiones y heridas en las que Edwards indaga con la decisión
y el valor que distingue a los verdaderos inconformistas.
economía en el reducto de Milton Friedman y de los defensores del
neoliberalismo. Sin embargo, nunca fue un Chicago boy. No trabajó para
el gobierno de Pinochet ni recibió becas de este. Edwards fue Allendista
y a los 19 años trabajó en la tristemente célebre Dirinco, del Ministerio
de Economía, institución que fijaba los precios durante la Unidad Popular.
Junto a cientos de estudiantes fue expulsado de la universidad en
septiembre de 1973 y, tras padecer innumerables trámites, logró matricularse
en la Universidad Católica, donde se recibió como el mejor alumno
de su promoción. Intentó seguir una carrera en Chile, primero como
académico y luego en el grupo BHC, pero los defensores de la dictadura
lo siguieron persiguiendo. Radicado en EE.UU. hace más de cuatro décadas,
hoy ejerce la cátedra Henry Ford II de Economía Internacional
en la UCLA.
Con una prosa directa y elegante, Edwards evoca la difícil relación con
su padre, el paso por un colegio de niñas, las clases de marxismo de Marta
Harnecker y su vida como activista político. Asimismo, habla sin tapujos
de su difícil interacción con Miguel Kast y José Piñera, y desentraña el
conflicto que le generó llegar a Chicago, el altar del capitalismo.
En este libro descubrimos cómo se formó uno de los economistas más
respetados de América Latina, un ser atípico y fascinante, independiente
y controvertido, un hombre que contribuye a estimular el debate público
tanto con sus críticas como con las causas que defiende. Y como todo
gran libro de memorias, en Conversación interrumpida también hay un país y
una época, tensiones y heridas en las que Edwards indaga con la decisión
y el valor que distingue a los verdaderos inconformistas.